La principal propiedad de los tubos radiantes es que no calientan el aire que atraviesan sino las superficies sobre las cuales chocan las ondas de frecuencia en el espectro infrarrojo (el suelo, las máquinas, etc.): generan calor, inicialmente, sobre el piso del ambiente o predio a calefaccionar y la maquinaria, para luego calentar el aire, generando un manto de radiación directa desde arriba. Por este motivo resultan ideales para su utilización en plantas industriales.          

Al estar construidos con acero calorizado, estos calefactores poseen una vida útil prácticamente ilimitada y en condiciones de uso normales no requieren mantenimiento programado. Su cañería no se oxida, perfora ni deforma por acción del calor, manteniendo inalterables la resistencia mecánica, la eficiencia radiante y el rendimiento. Por otro lado, poseen un auto-diagnóstico de falla de los sistemas de alimentación eléctrica, chimenea y encendido a través de tres indicadores luminosos. 

Gracias a su diseño bitubular, la temperatura se encuentra equilibrada a lo largo de todo el tubo emisor: el calefactor se comporta como un emisor de radiación térmica a una única temperatura. Son fabricados con materiales cuidadosamente seleccionados y diseñados para evitar deformaciones o averías, muy frecuentes en este tipo de calefactores. Son equipos de operación completamente automática, asistidos por un programador electrónico de llama importado.